Sabemos los pasos de la vida, nacemos, crecemos, maduramos, envejecemos y al final morimos, no es necesario pensarlo, solo hay que vivir y todo llega.
En ese transcurso compartes tu vida con tu compañero/a de viaje, compartes momentos, formas una familia, pasas momentos muy difíciles, pierdes ese enamoramiento o lo cultivas, tienes nietos, sigues envejeciendo hasta que empiezas a ver que tu compañero/a de viaje empieza su viaje de irse.
Tus sentimientos son muchos, algunos los comprendes otros son nuevos y no sabes cómo gestionarlos, no los entiendes, hasta puede llegar el punto que tu cuerpo también se resienta, con urgencia tienes que pedir ayuda.
Y empiezas a descubrir que esos sentimientos que tu pensabas que no existían sí que existen.
No te gusta lo que estás viviendo, tu compañero/a de viaje a empezado a irse y tú no puedes hacer nada, solo estar a su lado, cuidar, mimar, compartir...
Esa vivencia también la vive un hijo/a, de manera diferente lógicamente, tienes que estar ahí, apoyando, respetando, haciendo que tenga momentos de alegría, de risas y aprender a aceptar que esa persona que quieres con locura a empezado ha irse, que fácil decirlo y que difícil hacerlo.
Hay que seguir viviendo, compartir tus sentimientos con tu pareja, con tus amigos, con tus hermanos/nas, tener momentos de silencio y sobre todo estar al lado de tu madre/padre, hacerlo todo en vida.
Y al final...cuando todo a terminado y con la tranquilidad que lo has hecho todo...
egb