Quien dice un niño dice un adulto, a veces nos sorprende que hacen los niños, nuestros hijos, nos enfadamos con ellos, los regañamos, les decimos que no vuelvan ha hacer eso que nos parece incorrecto o mal hecho.
Los hijos son una esponja de los padres, observa a tu hijo, lo que hace, como es su comportamiento y luego observate a ti mismo en una situación similar, mira como respondes y entenderás porque se comporta de esa manera.
Nos pasa lo mismo en el trabajo con nuestros compañeros o personas de nuestro equipo, es similar pero en escala adulto. Si queremos que nuestro equipo actue de una manera, tú primero has de demostrar o actuar.
Si tú demuestras desinteres, agovio, descontrol, tu equipo
se comportará así entre las personas que lo forman.
Estar media hora con tu equipo hablando de como va todo, dejar de hacer un memorandum cinco minutos por escuchar a una persona de tu equipo, compartir información de tu departamento, la información justa, etc... hace que tu equipo responda mucho más de lo establecido, hace que tiempo adelante tengas respuestas positivas, hace que al cabo de poco tiempo tengas ese tiempo que creias perder al escuchar.
Esto lo tendrás si primero siembras, riegas y abonas.
